Boletín Azul
El Consejo de Ministros aprobó el viernes la largamente esperada Hoja de Ruta para el Desarrollo de la Eólica marina y de las energías del mar en España y la gran patronal del sector, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) ya ha hecho su valoración del documento: «el sector eólico -explicita la AEE en un comunicado- valora positivamente este paso decisivo para impulsar los proyectos de eólica marina flotante en nuestro país». La Hoja de Ruta marca como objetivo alcanzar entre 1.000 y 3.000 megavatios de potencia de eólica marina flotante en 2030.
El tiempo correo y los objetivos para lograr los objetivos marcados por la Unión Europea (UE) hacia la descarbonización se van acortando. En este escenario los puertos juegan un papel fundamental, sobre todo en Gran Canaria, que tiene ante sí la oportunidad de transformarse en un laboratorio europeo en este ámbito. “Tenemos que remar hacia esa dirección”, ha señalado el coordinador de Desarrollo Económico del Cabildo insular, Raúl García Brink, tras la tercera edición del Foro Gran Canaria de Economía Azul, que se ha celebrado en la Sala Bandama del Palacio de Congresos Gran Canaria de Infecar.
El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha aprobado la Hoja de ruta para el Desarrollo de la Eólica marina y de las energías del mar en España, una estrategia para potenciar el liderazgo español en el desarrollo tecnológico y de la I+D de las distintas fuentes limpias que aprovechan los recursos naturales marinos, con especial atención a la eólica. También garantiza el despliegue ordenado de las instalaciones en las aguas territoriales, de modo que sea respetuoso con el medio ambiente, compatible con otros usos y actividades y se aproveche para mejorar el conocimiento del medio marino.
La Estrategia contiene 20 líneas de actuación con el objetivo de alcanzar entre 1 y 3 GW de potencia de eólica marina flotante en 2030 –hasta el 40% del objetivo de la UE para el final de la década– y hasta 60 MW de otras energías del mar en fase precomercial, como las de las olas o las mareas. Entre otras medidas, se habilitarán al menos 200 millones de euros hasta 2023 y se evaluarán las necesidades de la infraestructura portuaria, donde se deben invertir de 500 a 1.000 millones para cubrir las nuevas necesidades logísticas.
El Laboratorio Social COEDPA, con la colaboración del Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar), ha organizado las “II Jornadas Internacionales de Turismo Azul y Seguro: Estudios de impacto y modelos de gestión de riesgos en las costas mediterráneas y Atlánticas Europeas”, que se celebrará, en formato online, los próximos días 20, 21 y 22 de diciembre.
Se trata de unas jornadas gratuitas que promueve la recepción de trabajos de jóvenes investigadores en formato de vídeo o de comunicaciones con los objetivos de intercambiar experiencias, identificar problemas y buenas prácticas, así como innovar y transferir el conocimiento circular entre el ámbito académico, los agentes sociales y la ciudadanía. Asimismo, la jornada servirá para intercambiar experiencias y elaborar un documento de trabajo para el diseño posterior de una estrategia comunitaria de gestión integrada de riesgos a partir del estudio de casos de éxito que garantice un turismo azul y, a la vez, seguro.
Modificar el modelo energético no va a ser suficiente para evitar la subida de la temperatura en la Tierra, también es preciso modificar los hábitos de consumo. Así lo advierten los expertos de la ONU, que han trabajado en el Informe Especial del Calentamiento Global. Para este think tank la forma en la que se producen los alimentos, nuestros hábitos de consumo y el derroche alimentario son responsables del 10% de las emisiones de gases efecto invernadero. Por eso, señalan, tenemos que modificar nuestra dieta y comenzar a transformar el mundo, y eso implica consumir más pescado y marisco en sustitución de la proteína animal terrestre.
Una visión del futuro que pasa por integrar la acuicultura en el sistema alimentario como parte de la solución al cambio de modelo de consumo de alimentos a nivel mundial para combatir la crisis climática. Esta posición es defendida por expertos del Programa de los Alimentos del Futuro de la Universidad de Oxford, que afirman que el actual sistema alimentario es uno de los principales impulsores del cambio climático por sus aportaciones excesivas de nitrógeno y fósforo; un uso de la tierra desequilibrado y el agotamiento del agua dulce y la contaminación de los ecosistemas acuáticos y terrestres.