Lo malo de las crisis es que hacen saltar nuestros planes por los aires. Lo bueno, es que hacen saltar nuestros planes por los aires. Tras la conmoción por los cambios muy intensos a los que nos enfrentamos, debemos rediseñar muchas de las políticas que seguíamos en las organizaciones, incluidas las que afectan al rol y al desarrollo de las personas. En un contexto de vínculos laborales más flexibles y deslocalizadas, hay que definir qué personas necesitamos y cuál es el marco de relación que establecemos con ellas.

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